terça-feira, 25 de maio de 2010

Sopa paraguaya

Por paradójico que parezca, es un raro sino único caso de “sopa sólida” (la palabra “sopa” implica siempre la presencia de un elemento líquido, generalmente en forma de caldo de cocción) y hace parte fundamental de la más tradicional gastronomía paraguaya. La sopa paraguaya “es producto del sincretismo guaraní y español. Los guaraníes acostumbraban a consumir comidas pastosas elaboradas con harina de maíz o de mandioca envueltas en hojas de güembé o banana y cocinadas entre ceniza caliente. Los españoles… introdujeron el uso del queso, los huevos y la leche, aditivos que fueron agregados a los platos preparados por los guaraníes…” Se trata pues de una torta esponjosa salada y es, como toda buena muestra de la cocina paraguaya, muy rica en contenido calórico y proteico.

Historia y origen del nombre

La anécdota histórica que ilustra con mayor precisión y quizá con más atisbos de credibilidad tiene como protagonistas a Don Carlos Antonio López (según los cientistas de la Historia del Paraguay, el fundador del Estado Paraguayo, gobernante que rigió los destinos de su país entre 1841 y 1862). Se narra en ese episodio que el gran gobernante, obeso en grado sumo, gustaba del “tykuetï” o sopa blanca elaborada con leche y queso Paraguay, huevo y harina de maíz, plato que era cotidianamente infaltable en su mesa. Pues bien, un día, por un involuntario descuido, la “machú” en cuestión puso en la sopa más harina de maíz que la habitual con lo cual, ya bien cerca del mediodía, se encontró con dos problemas: el primero, esa no era la base del “tykuetï”, y el segundo, ya no le daba el tiempo para reiniciar su tarea o sustituir el plato favorito por algún otro. Entonces, haciendo alarde de una decidida actitud, mezcla de temor e ingenio, vertió el preparado en un recipiente de hierro y lo puso a cocer en el “tatakuá” (en Guaraní, “agujero del fuego”, horno campesino hecho de barro y adobe), con lo cual obtuvo una ¡sopa sólida!, Don Carlos al probarla la halló tan sabrosa que inmediatamente la bautizó como “sopa paraguaya”. Una variante de esta versión relata que en ese día, Don Carlos había invitado a embajadores de otros países a cenar y como sucediera lo relatado, entonces presentó el plato como la "sopa paraguaya". Otra versión, también interesante, cuenta la historia de la llegada de los españoles a tierras guaraníes. Con su idiosincrasia hospitalaria y no agresiva, los nativos guaraníes habrían recibido con honores a los "visitantes" españoles, y ofrecieron su mejor comida para agasajarlos: la carne de caza. Al terminar la provisión de carne, y verificando que los huéspedes seguían con hambre, los guaraníes les ofrecieron la comida de "entre casa" con la cual se alimentaban, hecha a base del maiz triturado, y diciendo "la carne se terminó", en su idioma guaraní: "So'o opá".

Vori-Vori

 Es un plato típico del Paraguay. Es un caldo espeso y sumamente sabroso, en el que se encuentran dispuestas pequeñas bolas de harina de maíz y queso. Como todo plato de la gastronomía popular paraguaya, el “vorí vorí” es rico en valores proteicos y calóricos, por razones históricas plena y científicamente probadas.Es un plato típico del Paraguay. Es un caldo espeso y sumamente sabroso, en el que se encuentran dispuestas pequeñas bolas de harina de maíz y queso.





 Origen del nombre
 El nombre “vorí vorí” es esencialmente guaranítico. En efecto, en el Guaraní -una de las dos lenguas oficiales del Paraguay conforme a la actual Constitución Nacional del país sudamericano- la pluralización de un término se hace muchas veces por su repetición, vale decir, “vorí” es uno, pero “vorí vorí” es dos o más. La palabra “vorí”, que duplicada designa al plato, es un derivado del español “bolita” (en alusión a las pelotitas de maíz que se encuentran en el caldo); el vocablo “bolita” guaranizado fue “borita” y, finalmente, se apocopó en “vorí”. Luego, “vorí vorí” es “bolita, bolita”.

Chipa

 Como chipa o chipa avatí se conocen varios tipos de panecillos o tortas de: harina de mandioca o maíz, y queso; típicos de la gastronomía paraguaya. Durante la segunda mitad del s XX las migraciones dentro del Cono Sur han hecho que las chipas sean bastante consumidas en el conurbano bonaerense y en Córdoba, Gran Rosario, etc. Por otra parte en el departamento de Santa Cruz (Oriente de Bolivia) se consume el cuñapé, en Ecuador los muchines de yuca y en Colombia el pan de yuca que mantienen similitudes con la chipa. La variante más frecuente se elabora con almidón de mandioca, leche, queso, huevos y manteca o aceite, con los que se preparan pequeños bollitos de 3 cm de diámetro. La ligereza de la fécula de mandioca, molida muy finamente, le da una consistencia especial y permite que sea el queso fundido el que domine el sabor. En ocasiones se le aliña con semillas de anís. EL cuñapé tiene los mismos ingredientes pero en diferentes proporciones. Los panes de harina de maíz y mandioca de toda la región americana en el Paraguay sobreviven con el nombre de chipa y mbeyú. En su fabricación no se usa ningún tipo de levadura por lo que a pesar del calor pueden guardarse por varios días. Es una comida festiva y se las encuentra en todas las manifestaciones de la religiosidad popular.


Kivevé

 Kivevé es uno de los platos de comida semi-dulce de la gastronomía popular paraguaya más apetecido y de sabor muy agradable, que tiene como base a un tipo de calabaza, designada en el Paraguay por su denominación guaraní: “andaí”. Se trata de una crema pastosa y consistente. Como parte importante del arte culinario ancestral del Paraguay, posee, por la naturaleza de sus ingredientes, altísimo valor calórico y proteico. Ello es así por razones de orden histórico hoy científicamente probadas.




    Preparación

 El “kivevé” se prepara de la siguiente manera: se hierve la calabaza, previamente pelada, en el agua vertida en un recipiente que luego se tapa. Luego se mezclan la calabaza pasada por licuadora o tamiz, con la leche, el azúcar y la harina de maíz, cernida en forma de lluvia. Se cocina revolviendo continuamente durante 10 minutos o hasta que la harina de maíz esté bien cocinada. Finalmente se le agrega el queso desmenuzado y se retira inmediatamente del fuego. Se lo puede servir solo o con leche, generalmente a modo de postre.